ESTUDIO La COVID-19 en Cuba: confianza en la actuación del Gobierno, incidencia de problemas sociales y expectativas pospandemia D R . A RÍSTIDES A. V ARA H ORNA 2020 12 AGOLa COVID-19 en Cuba: confianza en la actuación del Gobierno... D r . A rístiDes A. V ArA H ornA 2 1. INTRODUCCIÓN La enfermedad por el nuevo coronavirus (COVID-19) es desde el 11 de marzo de 2020 una pandemia global. Identificado a fines de diciembre de 2019 en Wuhan (Hubei, China), se ha expandido rápidamente en más de 213 países y territorios de todos los continen- tes. El virus SARS-CoV-2 (agente causante) se transmite generalmente de persona a per- sona a través de las pequeñas gotas de saliva que se emiten al hablar, estornudar, toser o espirar, o de forma indirecta mediante la ma- nipulación de superficies contaminadas. Por ello, como prevención, se recomienda lavarse las manos, cubrirse la boca al toser, el distan- ciamiento físico entre las personas y el uso de nasobucos, además del autoaislamiento y el seguimiento a las personas sospechosas de infección. Para evitar la expansión del vi- rus, los Gobiernos han impuesto restriccio- nes de viajes, cuarentenas, confinamientos, cancelación de eventos y el cierre de estable- cimientos y fronteras. La pandemia ha tenido un efecto socioe- conómico disruptivo. Se han cerrado cole- gios y universidades en más de 124 países, estando un tercio de la población mun- dial confinada, con fuertes restricciones de movimientos, reduciendo drásticamente la actividad económica y aumentando para- lelamente el desempleo. En efecto, la CO- VID-19 está causando la crisis mundial más grande de la historia desde la Gran Depre- sión (1929) y la Gran Recesión (2008). Esta nueva crisis denominada El Gran Confina- miento es producto de una de las medidas de restricción más aplicadas en el mundo (la cuarentena o el confinamiento obligatorio), que ha provocado que muchas industrias, fábricas y empresas de todo tipo reduzcan su actividad habitual (sobre todo si implican aglomeraciones), trabajen en condiciones restringidas o incluso cierren temporal- mente, especialmente establecimientos “no esenciales”. Organizaciones internacionales como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estiman impactos perniciosos significativos en el em- pleo y la economía, y prevén una contracción regional promedio de -5,3 % para 2020. El impacto de dicha contracción de la actividad económica agravaría la condición ya preca- ria de millones de personas vulnerables que necesitan trabajar para acceder a alimentos. A mediano plazo, la recuperación económica tomará varios años, aumentando significati- vamente el porcentaje de pobreza y pobre- za extrema en la región, así como la pérdida y precarización de empleos. 1.1. LA SITUACIÓN DE CUBA Cuba es un Estado socialista con un sistema político de partido único gobernado por el Partido Comunista de Cuba (PCC). Sigue un modelo económico planificado, donde la pro- ducción y distribución de bienes, así como la fuerza de trabajo, son centralizados y dirigi- dos por el Estado. Sus principales actividades son el turismo y las exportaciones de azú- car, tabaco, café, productos farmacéuticos y, también, de servicios de profesionales espe- cializados, principalmente en la medicina. Aunque oficialmente se difunda lo con- trario, el Gobierno de Cuba tiene serios cuestionamientos de respeto a los derechos humanos. Se acusa a su régimen de autori- tario y de restringir sistemáticamente los La COVID-19 en Cuba: confianza en la actuación del Gobierno... D r . A rístiDes A. V ArA H ornA 3 derechos individuales (Human Rights Watch, 2019), incluyendo la libertad de expresión y la imposición del trabajo forzoso. Por ejem- plo, en este último caso, el Gobierno difun- de internacionalmente que envía misiones solidarias de médicos para ayudar a muchos países, pero lo cierto es que aplica “diver- sas formas de esclavitud modernas” a apro- ximadamente 30 000 médicos enviados en misiones internacionales a 67 países. Muchos galenos cubanos que trabajan en el exterior están expuestos a condiciones de trabajo y de vida explotadoras, y a pagos salariales in- adecuados. Además, están sometidos a pre- siones y a seguimiento casi de extorsión. Si bien el Gobierno anfitrión paga por el servi- cio, el personal médico cubano solo recibe un porcentaje mínimo y el Gobierno cubano re- cibe entre el 75 y el 90 % del salario (Nacio- nes Unidas, 2019). 1 Algunos estudios independientes repor- tan también la existencia de un fuerte apa- rato propagandístico interno y un agresivo control a las voces disidentes. En efecto, los medios de comunicación en Cuba son de ti- tularidad pública y están en manos del Es- tado central y de los municipios. La política informativa la dirige el PCC. La radio y la televisión son propiedad del Estado, quien controla todas las transmisiones radiales y televisivas. El propio artículo 53 de la Cons- titución cubana reconoce la libertad de ex- presión, pero solo si esta va conforme a “los 1 La Relatoría Especial sobre las Formas Contemporá- neas de la Esclavitud y de la Trata de Personas de las Na- ciones Unidas publicó un informe que denunciaba las sistemáticas violaciones a los derechos humanos que ejerce el régimen de Cuba durante los últimos años con las misiones de médicos cubanos que envió al exterior (Bhoola y Giammarinaro, 2019). fines de la sociedad socialista”. La población cubana no tiene acceso a retransmisiones privadas o extranjeras. Tampoco tienen a su alcance libros, revistas o periódicos, a me- nos que estén aprobados o publicados por el Gobierno. En este contexto, ¿qué impacto puede tener el nuevo coronavirus en Cuba? ¿Im- pactará igual que en otros países de la re- gión? Es decir, Cuba no es un país de libre mercado o democrático en términos estric- tos como sus vecinos en la región. El sector privado es reducido, así como la actividad independiente, además el mercado está fuertemente controlado, tanto como los me- dios de comunicación y la distribución de bienes de primera necesidad. En los países vecinos la estrategia usual ha sido –en pri- mer lugar– declarar la emergencia sanitaria para controlar la movilización de personas y garantizar el aislamiento social, mientras se va potenciando el sistema de salud y se van realizando diagnósticos masivos, y –en se- gundo lugar– asistir económicamente me- diante bonos o ayuda social a la población más vulnerable, para evitar que pase ham- bre o precariedad económica. Hasta el 26 de junio de 2020, Cuba ha re- portado 2 321 casos confirmados del nuevo coronavirus, así como 85 personas muer- tas. Estas cifras son una de las más bajas de la región y ubican a Cuba –según la revista Time– en uno de los que mejor ha contenido la epidemia en el continente americano, jun- to a Uruguay (Bremmer, 2020). The Guardian también elogia la respuesta sanitaria cuba- na ante la pandemia, y destaca la cobertura universal de salud, las visitas médicas ma- sivas y el confinamiento obligatorio en cen- tros institucionales de aislamiento para los La COVID-19 en Cuba: confianza en la actuación del Gobierno... D r . A rístiDes A. V ArA H ornA 4 casos detectados. En concordancia, según reportes de The Conversation: La reacción de Cuba a la amenaza del coro- navirus fue rápida. Un plan de prevención y control, preparado en enero de 2020, in- cluía capacitar al personal médico, prepa- rar instalaciones médicas y de cuarentena e informar al público (incluidos los traba- jadores del turismo) sobre los síntomas y las precauciones. Entonces, cuando se con- firmaron los primeros tres casos repor- tados el 11 de marzo, se hicieron arreglos para rastrear y aislar contactos, movilizar a estudiantes de medicina para realizar en- cuestas puerta a puerta en todo el país para identificar a las personas vulnerables y ve- rificar los síntomas, y lanzar un programa de pruebas. A medida que surgieron pro- blemas, el Gobierno cubano ajustó su res- puesta. Por ejemplo, cuando las máscaras faciales y el distanciamiento físico resulta- ron insuficientes para mantener el trans- porte público seguro, se suspendieron los servicios y se contrataron vehículos y con- ductores estatales y privados para trans- portar pacientes y trabajadores esenciales. Y para reducir el hacinamiento en las tien- das, se reorganizó el sistema de distribución y se introdujeron las compras en línea. La aplicación de distanciamiento físico tam- bién se ha intensificado en respuesta a ca- sos de incumplimiento. El 20 de marzo, con 21 casos confirmados informados, el Go- bierno anunció la prohibición de llegadas de turistas, el bloqueo para personas vul- nerables, la provisión de trabajo a domici- lio, la reasignación de trabajadores a tareas prioritarias, la protección del empleo y la asistencia social (Morris y Kelman, 2020). Sin embargo, estas cifras sanitarias y la na- rrativa presentada contrastan con una reali- dad social muy diferente, principalmente en el acceso a los alimentos, la precariedad de la actividad privada y la administración de jus- ticia. El éxito de la contención pandémica en Cuba parece haberse reducido a su conteni- do sanitario, dejando sin atención los enor- mes costes sociales y económicos que recaen sobre la población con el confinamiento y las restricciones de movilidad. En primer lugar, el acceso a los medi- camentos, a los alimentos y a los productos básicos de higiene ya eran una dificultad sis- temática para la ciudadanía antes de la pan- demia, y ahora se convierte “en un desafío diario de gran complejidad” (Tufani, 2020). La crisis económica de la última década en Cuba, agravada por la crisis de Venezuela y las sanciones de Estados Unidos, se intensifi- ca ahora con la pandemia (Danneman, 2020). El Estado cubano continúa utilizando la tar- jeta de racionamiento como mecanismo para distribuir alimentos y artículos de aseo, pero las tiendas recaudadoras de divisas están desabastecidas, lo que genera aglomeracio- nes diarias de personas, principalmente en los puntos neurálgicos de La Habana, como las municipalidades de Plaza, Habana Vieja y Centro Habana (Rodríguez, 2020). El Gobier- no no ha podido crear una red de distribu- ción sistematizada y regular de alimentos y productos de primera necesidad. El Gobier- no ha exhortado a la población a evitar aglo- meraciones, prometiendo entregar alimentos racionados a los que se queden en casa, pero el abastecimiento de alimentos se ha agrava- do por el recorte en las importaciones, a su vez incrementada por la desaparición de los ingresos del turismo (Mesa-Lago, 2020). En La COVID-19 en Cuba: confianza en la actuación del Gobierno... D r . A rístiDes A. V ArA H ornA 5 este contexto, la preocupación por la segu- ridad alimentaria es fundamental, 2 pues mu- chas familias se están saltando comidas o haciendo una sola comida al día (Silva, 2020). En segundo lugar, si bien el 78 % de la fuerza laboral trabaja para el Estado, y ha se- guido recibiendo sus sueldos pese al con- finamiento, este es uno de los más bajos de la región, por lo que las personas tienen que realizar labores complementarias para cu- brir sus gastos mensuales. El confinamiento les quitó esa posibilidad y ahora sus ingre- sos no les alcanzan para comprar alimentos. Por otro lado, el impacto es más crítico en las personas que trabajan para el sector priva- do, principalmente para el sector del turismo, o para los independientes (cuentapropistas), pues se han quedado sin ingreso alguno y sin posibilidades de acceder a bienes de prime- ra necesidad. Además, las perspectivas de re- cuperación para el sector privado, sobre todo 2 La inseguridad alimentaria es un problema global que transgrede el derecho a una alimentación adecuada, y ha sido definida como la falta de acceso confiable a una cantidad suficiente de alimentos asequibles y nutritivos (FAO, 2018). En el mundo, antes de la COVID-19, apro- ximadamente 830 millones de personas padecían in- seguridad alimentaria. Y, en los casos más graves, 145 millones padecían hambre e inanición. La experiencia de pandemias anteriores (p. ej.: la enfermedad por el virus del ébola en África occidental en 2014) o crisis mundia- les (p. ej.: la crisis de los precios de los alimentos de 2008) indican que los efectos de la pandemia sobre la seguri- dad alimentaria podrían ser rápidos y de proporciones dramáticas (FAO, 2020; Plan International, 2020). Al res- pecto, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) advier- te que, consecuencia de la COVID-19, unos 265 millones de personas en todo el mundo, el doble de las cifras de 2019, enfrentarán una grave escasez de alimentos, sien- do las niñas y las mujeres jóvenes las más afectadas (Res- trepo, 2020). Para el caso de América Latina y el Caribe, 14 millones de personas vulnerables padecerían insegu- ridad alimentaria severa durante 2020. para las pequeñas empresas, son muy des- alentadoras, pues no existen planes de resca- tes financieros ni de reactivación económica. En tercer lugar, también hay muchas de- nuncias de uso excesivo de la fuerza poli- cial. Según la BBC, las arbitrariedades y las detenciones en medio de esta coyuntura no son casos aislados (Miranda, 2020). El Ob- servatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), en su informe sobre los actos repre- sivos cometidos por el Estado durante el mes de mayo, registra 67 detenciones arbitrarias y 74 actuaciones represivas a través de cita- ciones policiales. También denuncia más de 500 “juicios ejemplarizantes”, solo en La Ha- bana, para intimidar a la población, por de- litos de desacato, desobediencia, resistencia, propagación de epidemia y actividad econó- mica ilícita. Estas cifras quedan cortas, pues según un reporte de la misma Fiscalía Gene- ral de Cuba, 2 359 cubanos han sido acusados durante la pandemia por “delitos sumarios”. 3 En esos juicios los imputados se enteran de lo que se les acusa pocas horas antes de llegar al tribunal y no tienen acceso a un abogado. “Varios de estos procesos han sido transmiti- dos por los medios oficiales de comunicación, para que los ciudadanos vean lo implacable que puede ser el sistema” (OCDH, 2020). En efecto, estos tres ejemplos parecen evidenciar que la relación entre el Gobier- no cubano y la población está sufriendo una tensión agudizada por el incremento de pro- blemas sociales y económicos a causa de la COVID-19. Es decir, el modelo hegemóni- co e ideal que muestra la fuerte propagan- da estatal parece verse resquebrajado por las 3 La Fiscalía General desarrolló 2 629 procesos penales asociados a la pandemia (Alonso Falcón R. et al., 2020).La COVID-19 en Cuba: confianza en la actuación del Gobierno... D r . A rístiDes A. V ArA H ornA 6 necesidades sociales que claman satisfacción urgente. Así, el Gobierno, en lugar de asistir a la población en sus necesidades básicas, in- tensifica la represión, la persecución y la pre- sencia policial en las calles para mantener intimidada a la población, y así evitar un des- enlace social. Sin embargo, este accionar tie- ne consecuencias, pues teóricamente se sabe que la confianza social en el Gobierno dis- minuye cuando los servicios públicos bási- cos son insatisfactorios o cuando el Gobierno es ineficaz para responder a las necesidades básicas de la población, o cuando hay serias dudas de la integridad moral o indicios de co- rrupción en las instituciones (OECD, 2018). Debido a su capacidad para facilitar el consenso y la gobernabilidad, la confianza en el Gobierno es vital para el funcionamien- to de las democracias (Tomankova, 2019). Un Gobierno confiable facilita que las perso- nas tengan más expectativas positivas ha- cia el futuro, un valor fundamental en épocas de crisis. Sin embargo, un Gobierno perde- rá confiabilidad si sus ciudadanos se enfren- tan a una serie de problemas que desborda las capacidades del Estado. En este contexto resulta necesario en- tender qué piensa y siente la ciudadanía cu- bana sobre la actuación del Gobierno ante la COVID-19. Es decir, ¿cuál es el nivel de con- fianza que tiene la población cubana del Go- bierno en su respuesta ante la pandemia?, ¿qué problemas sociales se han agudizado consecuencia de la pandemia, según la per- cepción de los cubanos?, ¿qué expectativas pos-COVID-19 tienen sobre la economía y el bienestar de sus familias?, ¿cuáles son los retos más importantes que deberán enfren- tar cuando pase la pandemia?, y finalmente, ¿qué tanto la incidencia de estos problemas sociales está afectando la confianza en el Go- bierno y las expectativas pospandemia de la población cubana? 2. MÉTODO 2.1. DISEÑO Realizar estudios poblacionales independien- tes es prácticamente imposible en Cuba, de- bido a las serias restricciones y la censura de instituciones oficiales, además del control es- tricto de contenidos de Internet y correo electrónico. En este contexto, una alternati- va viable es realizar encuestas vía dispositi- vos móviles. Por eso, el presente estudio se basa en encuestas estructuradas aplicadas digitalmente mediante una app o mensajes de texto por teléfonos móviles. Cubadata ha creado una app para iOS y Android de carác- ter social en Cuba, la cual es usada para pu- blicar encuestas y guardar las respuestas con backups diarios. 4 2.2. MUESTRA La encuesta estuvo dirigida a mujeres y hom- bres entre 18 y 75 años, distribuidas en todas las regiones de Cuba. La muestra es no-pro- babilística y fue obtenida la última semana de mayo de 2020. Completaron la encuesta 3 222 personas usuarias de la aplicación móvil, de las cuales, 4 Las personas usuarias tienen un perfil que utilizan para conectar con otros usuarios en la plataforma, lo que minimiza el riesgo de que la información no sea ve- rídica. En algunos casos, también se colectan respues- tas por correo, pero solo a usuarios de la plataforma que por alguna razón (por ejemplo, una versión desfazada de Android o un teléfono muy lento) no puedan abrir las en- cuestas a través de la aplicación. Como recompensa, las personas que responden la encuesta reciben créditos que pueden canjear por saldo de teléfono o usar dentro de la app, además de premios sorteados aleatoriamente.La COVID-19 en Cuba: confianza en la actuación del Gobierno... D r . A rístiDes A. V ArA H ornA 7 TABLA 1_ DISTRIBUCIÓN DE LA MUESTRA SEGÚN PROVINCIA PROVINCIAREGIÓNHOMBRESMUJERESTOTAL N%N%N% Artemisa Occidental 48 2,22 28 3,06 76 2,47 Camagüey Central 99 4,58 54 5,91 153 4,98 Ciego de Ávila Central 91 4,21 20 2,19 111 3,61 Cienfuegos Central 82 3,80 31 3,39 113 3,68 Granma Oriental 194 8,98 59 6,46 253 8,23 Guantánamo Oriental 85 3,94 50 5,47 135 4,39 Holguín Oriental 279 12,92 105 11,49 384 12,49 Isla de la Juventud Occidental 31 1,44 9 0,98 40 1,30 La Habana La Habana 350 16,20 156 17,07 506 16,46 Las Tunas Oriental 117 5,42 50 5,47 167 5,44 Matanzas Occidental 76 3,52 39 4,27 115 3,74 Mayabeque Occidental 37 1,71 24 2,63 61 1,98 Pinar del Río Occidental 90 4,17 34 3,72 124 4,03 Sancti Spíritus Central 131 6,06 55 6,02 186 6,05 Santiago de CubaOriental23010,6510811,8233811 Villa ClaraCentral220 10,1992 10,0731210,15 TOTAL2 1601009141003 074100 eliminando los datos de menores de 18 años y mayores de 75 años y de aquellas que respon- dieron sin variación a todas las preguntas, quedaron 3 074 encuestas válidas. De estas, 914 son mujeres (29,7 %) y 2 160 son hom- bres (70,3 %). Los encuestados provienen de todas las provincias de Cuba, siendo la ma- yoría de La Habana. Los datos se agruparon por regiones para realizar comparaciones, resultando el 13,5 % de la región occidental (n = 416), 28,5 % de la región central (n = 875), 41,5 % de la región oriental (n = 1 277) y 16,5 % de La Habana (n = 506). No hay diferencias en la distribución según sexo. En cuanto a la edad, las personas encues- tadas tienen entre 18 y 75, con un promedio de 31,3 años (D. E. = 12,5). Para facilitar com- paraciones, se han creado cuatro grupos: las personas menores de 25 años (39,9 %), las que tienen entre 25 y 34 años (28,6 %), las que tienen entre 35 y 44 años (14,7 %) y las mayo- res de 45 años (16,9 %). La distribución es se- mejante en cada sexo. En cuanto al nivel educativo, la mayoría tie- ne educación superior universitaria (49,06 %) y educación técnica superior (técnica, 34,9 %), secundaria (5,60 %), de posgrado (4,23 %), pri- maria (0,49 %), entre otras (5,73 %). La distri- bución es semejante en cada sexo. En cuanto a la autoidentificación étni- ca basada en el color de piel, la mayoría se describe como blanca (64,7 %), luego mestiza La COVID-19 en Cuba: confianza en la actuación del Gobierno... D r . A rístiDes A. V ArA H ornA 8 (26,8 %) y negra (6,2 %), entre otras (2,2 %). La distribución es semejante en cada sexo. En cuanto al estado civil, la mayoría son personas solteras (50 %), seguidas de las ca- sadas (24,5 %), comprometidas (15,9 %), sa- liendo (8,3 %), personas viudas o divorciadas (1,2 %). Hay diferencias según sexo, hay más mujeres casadas (33,8 % versus 20,5 %) y me- nos solteras (34,5 % versus 56,5 %). En cuanto a la ocupación laboral, la ma- yoría son empleados estatales (39,4 %), estu- diantes (26,4 %), independientes (19,2 %), amas de casa (5,8 %), empleados del sector privado (4,4 %), personas desempleadas (3,4 %) y jubi- ladas (1,4 %). Hay diferencias según sexo. Hay más amas de casa mujeres (18,8 % vs. 0,28 %) y menos independientes (10,6 % vs. 22,8 %). 2.3. INSTRUMENTOS Para obtener información válida de la po- blación se ha diseñado una encuesta basada en constructos, que son escalas producto de la combinación lineal de varios ítems o preguntas, que actúan como sus indicado- res. El uso de constructos facilita el control del error de medición, además de garantizar la validez de las variables estudiadas. Usar encuestas en medios móviles plan- tea siempre un reto doble: contar con los mejores indicadores de cada constructo y que estos no sean muchos para asegurar un cuestionario breve y conveniente para ser usado por vía digital. De lo dicho, se diseñó una encuesta estructurada de veinte ítems que forman parte de cuatro constructos (escalas): Respuesta del Gobierno ante la COVID-19 Escala de Likert de doce preguntas que re- coge la calificación de las personas sobre la actuación del Gobierno ante la COVID-19 en cuatro aspectos: la contención del virus, la emergencia sanitaria, la protección social de la población, así como el nivel de confianza en la comunicación y capacidad del Gobier- no ante la pandemia. En cuanto a las di- mensiones: (a) Contención, es decir, qué tan oportuno fue el cierre de fronteras (p1), el cierre de centros de estudios (p2), así como la declaración de confinamiento en los ho- gares (p3). (b) Emergencia sanitaria, es de- cir, qué tan acertada es la política de enviar médicos a otros países durante la pande- mia (p4), qué tan preparado está el sistema de salud pública nacional (p5) y qué tan ade- cuada es la actuación del Gobierno en el su- ministro de materiales de protección (p6). (c) Protección social, es decir, qué tan buena y respetuosa es la actuación de la policía en la pandemia (p7), el sistema nacional de dis- tribución de alimentos (p8) y la atención mé- dica de los servicios de salud pública en la pandemia (p9). Para la contención, se usaron cinco alternativas de respuesta (totalmen- te oportuna, necesaria, a tiempo; oportuna pero precipitada; inoportuna, tardía; total- mente inoportuna, tardía, innecesaria). Para las otras dos dimensiones se usaron cuatro alternativas, desde excelente hasta pésima, adaptadas según el sentido de la pregunta. Aparte de estas tres dimensiones, se recoge también: (d) Confianza en el Gobierno. Esca- la dimensión de tres ítems que indaga por el nivel de confianza ante las comunicacio- nes oficiales del Gobierno (desde la Direc- ción Nacional de Epidemiología y la prensa oficial cubana) y por la capacidad del Par- tido Comunista para enfrentar la pandemia. Los ítems son: (p16) “¿Te genera confian- za el Dr. Francisco Durán García, director La COVID-19 en Cuba: confianza en la actuación del Gobierno... D r . A rístiDes A. V ArA H ornA 9 nacional de Epidemiología, en sus inter- venciones televisivas de la Mesa Redonda?”; (p17) “¿Confías en la información que publica la prensa oficial cubana sobre el Covid-19?”; (p18) “¿Te genera confianza la dirección del Partido Comunista en su capacidad para en- frentar la pandemia?”. Se usaron cuatro al- ternativas de respuesta (confío plenamente, confío parcialmente, no confío, desconfío totalmente). Consecuencias sociales y económicas de la COVID-19 en la población Escala de Likert de seis preguntas que in- daga si se han incrementado los problemas sociales asociados a los recursos (pobre- za e inseguridad alimentaria), a la vulnera- ción de derechos humanos de la ciudadanía y a la seguridad (delincuencia común, violen- cia contra las mujeres y violencia doméstica), consecuencia de la COVID-19. Los ítems son: (p10) “¿Crees que durante la pandemia de la COVID-19 en Cuba ha aumentado la insegu- ridad alimentaria (la gente se queja de ham- bre)?”; (p11) “¿Crees que durante la pandemia de la COVID-19 en Cuba ha aumentado la po- breza?”; (p12) “¿Crees que durante la pande- mia de la COVID-19 en Cuba ha aumentado la vulneración/violación de los derechos hu- manos de los ciudadanos?”; (p13) “¿Crees que durante la pandemia de la COVID19 en Cuba han aumentado los robos, hurtos, lesiones y/o homicidios?”; (p14) “¿Crees que durante la pandemia de la COVID-19 en Cuba ha au- mentado la violencia contra las mujeres?”; (p15) “¿Crees que durante la pandemia de la COVID-19 en Cuba ha aumentado la violen- cia doméstica?”.Se usaron tres alternativas de respuesta (ha aumentado, se ha manteni- do, ha disminuido). Expectativas y preocupaciones pos-COVID-19 Escala de Likert de dos ítems que registra las expectativas de mejora pos-COVID-19 en la economía del país (p19) y el bienestar de las familias (p20). Se usan cuatro opciones de respuesta (mejorará rápidamente, mejora- rá lentamente, no mejorará, se volverá peor). Además, se averigua cuál es la mayor preocu- pación personal a corto y mediano plazo (las tres principales en jerarquía) como resulta- do de la COVID-19, de una lista de diez opcio- nes: alimentación, servicios de salud pública, ingresos económicos, empleo, vivienda, inse- guridad ciudadana, violencia doméstica, co- rrupción, medio ambiente, libertad de opinión. Además de estos constructos, se ha re- gistrado información demográfica esencial, tal como el sexo, la edad, estado civil, autoi- dentificación étnica, ubicación geográfica, nivel educativo y ocupación laboral. La fiabilidad y validez de los construc- tos (las escalas y sus dimensiones) se reali- zó utilizando el programa SmartPLS 3.3.2. En este caso, las variables tendrán altos niveles de consistencia interna si los valores alfa de Cronbach, Rho A y de fiabilidad compuesta oscilan entre 0,6 y 0,9. En cuanto a la validez, se analizó mediante las técnicas de validez convergerte y discriminante. Para la prime- ra, las cargas factoriales deben ser mayores a 0,708 (los autores sugieren no ser tan rígidos en las etapas iniciales del análisis) y se estimó la varianza extraída media (AVE). Un umbral aceptable es un valor igual o superior a 0,5, lo que equivale a decir que el constructo laten- te obtuvo una varianza explicada del 50 %. Para el segundo caso, se establece validez discriminante a través del criterio Hetero- trait-Monotrait (HTMT), donde se confirma la independencia de los constructos cuando los Next >